Nunca me consideré un artista, escribir escribí, mi madre también, ellos escuchaban música. Mi mamá era maestra rural, entonces tenía un mimeógrafo de gelatina. Justamente ayer me encontré en La Falda (La Falda Rock) a un pibe de Campana que no veía hace muchos años, le contaba a los chicos que lo primero que yo empecé a publicar fueron manifiestos sobre el maltrato animal. Tuve un desencuentro con Greenpeace en ese momento, ya me había llamado la atención de pequeño un programa de televisión bancado por Greenpeace, se llamaba “Brigitte Bardot S.O.S” y me encantaba como personaje, me gustaba su voz, en mi casa estaba el disco, tenía una adoración. Incluso más porque adoraba los animales. En eso me entero de Greenpeace, entonces yo me fui a Greenpeace, me escapé, me tomé el tren que me dejó cerca de Retiro, la dirección me llevó al lado del SIDE, cuando llego a casa mi padre me dice ¿A dónde fuiste? No… a otro lugar, le respondí. Le dije que quería ser activista, dar mi vida por los animales,  viajar en barco y salvar las ballenas. Obviamente me mandaron a responder cartas. Triste por todo eso decidí tomar mi camino y hacer una organización propia con mis amigos, locos y delirantes, nos llamábamos “Green Violence”.

LA FONOLA

EL DESPERTAR DE UN REFUGIO ATOMICO

Cuando era pendejo en Campana, qué pasa, no sé cómo será ahora, en algún momento era como que terminabas la primaria… ¿Luego la secundara, no? y después ¿Empezaba qué? … la vida. Entonces en ese momento yo venía con mi banda de rock. Perdí varios soldados, era una cosa que empecé a quedarme solo, algunos a la universidad y otros empezar a trabajar, y yo siempre defendí mi cosa y si bien había democracia también había mano dura.

Zárate no es muy buena para andar en patineta, tampoco había skateparks,  entonces yo iba a andar a las tres de la tarde, solo, hinchaba las pelotas a todo el mundo, a las madres de mis amigos que no me querían ver porque yo era una cosa que llevaba para un lugar que no querían.   Entonces yo que hice: fui al cementerio. Había como unas rampitas, me quedaba, y pasé mucho tiempo y estaba buenísimo. Tuve muy buenos momentos, ahí empezó la onda con los cementerios, aparte que ya me gustaba el arte de Giger, no porque yo sabía quien era Giger, pero si por Celtic Frost, Dead Kennedys (El Paisaje de los Penes), etc., que tenía que ver con un montón de artistas que fui descubriendo muy underground que ahora son grandes por las tapas de los discos, los artistas que yo escuchaba contrataban artistas para hacer sus tapas,  me empezó a gustar el arte.  Desde el disco de Iron Maiden para acá. Y también la arquitectura, me gustaban mucho las tumbas, y viste, ya a finales de los ´80 empezaba la destrucción y la vulgaridad, entonces encontraba muy intacto los cementerios, sin saber lo que era gótico, y tenía yo un pariente que se llama Espirito que de hecho varias tumbas de La Chacarita están hechas por el. Mi mamá me preguntaba, porque se preocupaba, ¿Dónde fuiste? y sí, estuve ahí. Ese respeto por ir, estar piola, romper las pelotas.